miércoles, 11 de julio de 2012

Cagliero 11 N°43 Julio 2012


   
Queridos misioneros salesianos y amigos de las Misiones salesianas Quiero aún compartir una vez más un sueño que llevo en mi corazón durante los
cuatro últimos años. Nada nuevo. Ya hace 90 años el Beato Felipe Rinaldi escribía que ¡se necesita un grupo misionero en cada casa salesiana! ¿Pero qué diferencia establece qua exista o no un grupo misionero en una obra salesiana o en una comunidad formadora salesiana?
¡La presencia de un grupo misionero es una garantía que mantiene viva la llama misionera! De la misma manera que sin medicina y hospitales no sería posible la salud, tampoco sin misioneros ad gentes -
ad vitam y sin grupos misioneros en las escuelas, parroquias, centros juveniles, sería muy difícil mantener vivo el espíritu misionero.

Los grupos misioneros rezan y hacen rezar por los misioneros y por las vocaciones misioneras,
sensibilizan a la comunidad educativo-pastoral sobre las necesidades de la misión universal o contribuyen
directamente en la acción misionera, ya sea en el lugar o, a través de un voluntariado misionero, en el extranjero. 


Ahora os voy a presentar un grupo muy especial.
Durante la reciente visita extraordinaria en la inspectoría de Cracovia, Polonia, he encontrado
varios grupos misioneros en las escuelas, oratorios, parroquias. Pero sobresale uno ‘Art.43’, fundado
hace cinco años por algunos prenovicios, que han tomado en serio el artículo 43 de las Constituciones
salesianas sobre la comunicación social. Los jóvenes salesianos han cogido al vuelo que la imagen más
atractiva de la Congregación son las misiones. En pocos años han editado más de 260 vídeos sobre
Youtube (http://vimeo.com/art43). Además de un estudio en Cracovia, el Art.43, gracias a algunos
voluntarios misioneros, ha fundado en 2011 un estudio audiovisual en la casa inspectorial de
Ashaimam - Ghana (Inspectoría AFW). Actualmente, el grupo Art.43 está muy activo en el posnoviciado de
Lad, y en el teologado de Cracovia. En mi cartera llevo siempre uno de los primeros productos del
Art.43: una cartulina con la oración por los misioneros en una parte y en la otra, el nombre de tres o cuatro
países en donde estamos presentes en cada uno de los días del mes. ¡Que seamos capaces de suscitar in todas nuestras obras un grupo misionero! 





Cuando joven quedé encantado de la película del P. Damián, el apóstol de los leprosos.

Veía en él lo que yo soñaba ser un día, ser misionero para servir a los leprosos toda mi

vida.
Cuando entré en el aspirantado seguía con este deseo. Mas, pasados los años, me ha
dado cuenta de que mi llamada misionera no es para los leprosos sino para los jóvenes
emigrantes. He pasado mis primeros 25 años de vida trabajando con los jóvenes, como
delegado inspectorial para la pastoral juvenil y como promotor vocacional después, como
delegado de la formación y como formador tanto en el prenoviciado como en el posnoviciado.
Sin embargo, conservaba siempre la esperanza de poder ir a las misiones.
Finalmente mi petición fue aceptada y el Rector Mayor me ha mandado a Camboya. En 2008 participé en
el Curso para Nuevos Misionero en Roma y en Turín para los miembros de la 139ª expedición misionera. El curso
me dio una perspectiva global del objetivo, naturaleza y exigencias de la vida misionera. Me ofreció la
posibilidad de reflexionar y colocar mis prioridades en mi proyecto personal de vida como misionero salesiano.
También me ha ayudado a asumir las motivaciones y las actitudes justas.
La peregrinación a los lugares salesianos aumentó mi aprecio y amor a la
vocación salesiana y misionera.


Ahora, que ya soy misionero en Camboya trato de trasmitir el

carisma de Don Bosco a los jóvenes y demás personas camboyanas,

testimoniando el amor de Dios como lo hizo Don Bosco en su vida. ¡Hay
tanto trabajo aquí para los tres salesianos que formamos la comunidad!
Pero el trabajo se aligera a medida que crece el esfuerzo de colaborar y
de apoyarse mutuamente. Nuestra misión consiste en una constante
presencia entre los jóvenes pobres y nuestra entrega a educarlos y
formarlos. Además de instruir y formar a nuestros estudiantes y al
personal sobre Don Bosco y el Sistema Preventivo, también los invitamos
a hacerse voluntarios o líderes y animadores de nuestro oratorio festivo.
Incluso este año hemos invitado a nuestros poquísimos estudiantes y
personal católico a hacerse catequistas. A través de su servicio a la Iglesia local aprenden hacer las cosas como
lo hizo Don Bosco. Ya hemos comenzado también a organizar a nuestros Antiguos Alumnos y tratamos de
promover la Asociación de los Cooperadores Salesianos. La constancia en su formación y el entusiasmo por
corresponsabilizarlos los implica cada vez más activamente en la misión como Familia Salesiana.
Personalmente he comenzado a aprender la lengua Khmer. A la par que voy aprendiendo mejor la
lengua comprendo mejor el modo de pensar de los camboyanos, su cultura y actitudes. De esta manera me he
dado cuenta que soy más paciente y comprensivo con los camboyanos que en el primer año como misionero. He
aprendido qué es lo primero que tengo que hacer en cada circunstancia y colocarme a su nivel. Después pruebo
nuevas iniciativas y más creatividad para permitirles descubrir nuevas maneras de crecimiento y desarrollo.
Durante mis últimas vacaciones en mi país he percibido que mi mente y mi corazón no han dejada
Camboya. Espero y rezo para que sea siempre así!


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