viernes, 3 de agosto de 2012

A los primeros misioneros: “Buscad almas”



Recuerdos, 11 de noviembre de 1875


La tarde del 11 de noviembre de 1875, en la iglesia de María Auxiliadora de Valdocco, tenía lugar una grandiosa celebración, la de la partida de los primeros diez misioneros  salesianos (seis sacerdotes y cuatro  coadjutores) para la Argentina.  Cada uno de ellos recibió de mano de Don Bosco un folleto en donde estaban impresos estos  “Recuerdos”.  En ellos se encuentran  las preocupaciones mayores del santo: celo ardiente, sobre todo en favor de los pequeños y de los pobres.  Templanza, desapego, prudencia, caridad y cortesía en todas las relaciones externas.  Caridad fraterna, fe, oración y sacramentos[1].

1.      Buscad almas, no dinero, ni honores, ni dignidades.
2.      Sed caritativos y en extremo corteses con todos, pero huid de la conversación y familiaridad con personas de diferente sexo o de conducta sospechosa.
3.      No hagáis visitas, sino por motivos de caridad y de necesidad.
4.      No aceptéis jamás invitaciones para comer, a no ser por gravísimas razones.  En estos casos, procurad ir acompañados.
5.      Preocupaos especialmente  de los enfermos, de los niños, de los pobres y de los ancianos, y os granjearéis las bendiciones de Dios  y la benevolencia de los hombres.
6.      Sed obsequioso con todas las autoridades civiles, religiosas, municipales y gubernativas.
7.      Saludad respetuosamente a las personas investidas de autoridad que encontréis a vuestro paso por la calle.
8.      Conducíos de igual manera con los eclesiásticos y con los religiosos.
9.      Evitad el ocio y las disputas.  Grande sobriedad en el comer, en el beber y en el descanso.
10.  Amad, temed[2], respetad a las demás órdenes religiosas y hablad siempre bien de ellas.  Este  es el medio de ganaros la estima de todos y promover el bien de la Congregación.
11.  Cuidad de la salud.  Trabajad, mas sólo lo que os permitan vuestras fuerzas.
12.  Procurad que el mundo conozca que sois pobres en el vestir, en el comer, en las habitaciones, y seréis ante Dios y os adueñaréis de los corazones de los hombres.
13.  Amaos los unos a los otros, aconsejaos, corregíos recíprocamente, no seáis envidiosos, ni os guardéis rencor;  antes, el bien de uno sea el bien de todos,  las penas y los sufrimientos de uno ténganse como penas y sufrimientos de todos,  y esmérese  cada uno por alejarlas o al menos por mitigarlas.
14.  Observad las Reglas.  No dejéis jamás de hacer el ejercicio mensual de la buena muerte (Amén).
15.  Cada mañana encomendad a Dios las ocupaciones del día, y en particular las confesiones, las clases, los catecismos y los sermones.
16.  Recomendad constantemente  la devoción a María Santísima Auxiliadora y a Jesús Sacramentado.
17.  Recomendad a los jóvenes la confesión y comunión frecuentes.
18.  Para cultivar las vocaciones eclesiásticas inculcad: a) amor a la castidad; b) horror al vicio opuesto; c) apartamiento de los díscolos; d) comunión frecuente; e) caridad con muestras de especial amabilidad y benevolencia (Amén)-
19.  Antes de dar juicio sobre lo que os refieran, o de fallar sobre una cuestión, oíd a las dos partes.
20.  En los padecimientos y en las fatigas no olvidemos que nos espera gran premio en el cielo (Amén)

(Archivo 132, Taccuini 5; cfr MB XI, 389-390)

Al jefe de la expedición, Don Cagliero (futuro cardenal), le entregó Don Bosco, la víspera del embarque en Génova, una serie de recomendaciones particulares, entre las cuales estaban las siguientes:

...8.° Nadie alabe lo que sabe o lo que hace; puesta la mano en el trabajo, cada uno haga lo que pueda sin ostentación.
...Haced lo que podáis: Dios hará lo que no podamos hacer  nosotros.  Confiadlo todo a Jesús Sacramentado y a María Auxiliadora y veréis lo que son milagros.
Yo os acompaño con mis oraciones y cada mañana os recordaré a todos en la Santa Misa.  Dios os bendiga doquiera que vayáis; rogad por mí y por vuestra Madre la Congregación.
Amén
Sac. JUAN BOSCO
Sampierdarena, 13 de noviembre de 1875.
(MB XI, 394-395)


[1] Tenemos de estos recuerdos una minuta autógrafa en las últimas páginas de una agenda usada por Don Bosco entre el 1874 – 1878 (pp. 71 – 77).  Sorprende hallarlos  en este sitio, escritos a lápiz (pero corregidos luego con  la pluma), después señas de bienhechores, lista de alumnos, diversos pro-memorias... Detalles interesantes hay que resaltar: un título  A los argentinos, luego borrado; y sobre todo parece que los recuerdos han sido escritos en tres oleadas: los recuerdos 1-14, después de los cuales escribió Amen; luego los recuerdos 15-18 en un primer momento numerados 1-4 y terminados con un nuevo Amén, luego borrado también; finalmente los dos últimos.  La explicación es ésta: Don Bosco los escribió durante un viaje por tren.  Citamos este borrador (Archivo 132, cuadernos – Blocs 5, cfr  MB XI 389-390 y Epist. II, 516-517).
[2] Temor reverencial: prestad reverencia. (De vereor, que encierra la doble noción.) San Francisco de Asís en la Regla (Testamento del Santo): “Quiero temer, amar y honrar a todos los sacerdotes como a mis Señores”  (Nota de CERIA, Don E.: Epist. II, 516).

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